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Clik here to view.Isaías: Los tiempos del cumplimiento, un comentario versículo por versículo por Iván D. Sanderson, está disponible en forma impresa en Deseret Book y Amazon.com y como un e-libro en español y en inglés para Kindle.
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Los temas mayores del capítulo 52 son la restauración y el recogimiento. En los últimos días, Sión será establecida e Israel será recogido y redimido, cuando hayan aceptado a Jesucristo como su Salvador y sean limpios del pecado. El Señor causará a los que perseguían a Jerusalén que sufran aún como Jerusalén. El Señor, junto con Sus siervos quienes traerán el evangelio a los esparcidos de Israel de las muchas naciones de su dispersión, serán amados por aquellos quienes reciban su mensaje. El Señor Jesucristo, cuando aparezca—y como un símbolo, el profeta de la restauración, antes de la segunda venida del Señor—asombrarán a reyes y naciones por lo que les dicen.
Los capítulos 48 al 54 son citados y expuestos en el Libro de Mormón.[1] Jacob, el hermano de Nefi en el Libro de Mormón, incluyó los primeros dos versículos del capítulo 52 como los últimos dos versículos de su cita del capítulo 51, con variación menor.[2] El profeta Abinadí citó los versículos 7 al 10 sin variación significativa.[3] El Señor Jesucristo resucitado—cuando apareció a los nefitas, como se registra en el Libro de Mormón—citó partes del capítulo 52 con explicaciones y modificaciones sutiles. En Su primera visita[4] el Señor citó los versículos 8 al 10 como se presentan en la versión de Reina-Valera;[5] entonces, en Su segunda visita,[6] el Señor explicó y parafraseó los versículos 8 al 10;[7] luego los versículos 1 al 3;[8] después los versículos 6 y 7;[9] y finalmente los versículos 11 al 15,[10] con una declaración explicativa siguiendo el versículo 15.[11] Cambios en la redacción como se presentan por el Señor en Su segunda visita, junto con Sus explicaciones, se dan en letra cursiva. El Señor omitió los versículos 4 y 5 en Su segundo discurso a los nefitas.
En el versículo 1, Isaías exhorta: “¡Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sión! ¡Vístete de tus ropas hermosas, oh Jerusalén, ciudad santa! Porque nunca más vendrá a ti el incircunciso ni el impuro”. En 3 Nefi el Señor precede este versículo con: “Entonces se realizará lo que está escrito”,[12] poniendo el cumplimiento de esta profecía en los últimos días. Moroni también parafrasea este versículo.[13] “El incircunciso ni el impuro” significan, en sentido figurado, los que no han cumplido con las ordenanzas del Señor, ni se han limpiado del pecado. La circuncisión, una práctica del convenio de Abraham, simbolizó aspectos de la dignidad personal, incluyendo la dedicación a Dios, la separación del mundo, y la separación del pecado.[14] Los primeros cristianos consideraron cumplida esta parte de la Ley de Moisés por el sacrificio de Jesucristo, y por lo tanto ya no es necesario para que un hombre sea aceptado completamente por Dios.[15] Aunque la Ley de Moisés haya sido cumplida, las virtudes de dedicación a Dios, la separación del mundo y la separación del pecado permanecen como doctrinas fundamentales dadas por el Señor a través de las edades. Por lo tanto, el cumplimiento en los últimos días de esta profecía de Isaías no implica la conformidad literal con la antigua práctica de la circuncisión; más bien, implica las virtudes de lo que representaba esta práctica. “Sión” significa tanto un sitio para el recogimiento espiritual en los últimos días, como la Jerusalén moderna, vestida de rectitud.[16]
En Doctrina y Convenios, el profeta José Smith contesta una pregunta concerniente a este versículo: “¿Qué quiere decir el mandamiento dado en el primer versículo del capítulo 52 de Isaías, que dice: Vístete de poder, oh Sión, y a qué pueblo se refería Isaías?”
El Profeta José contesta:
“Se estaba refiriendo a los que Dios llamaría en los últimos días, los cuales habrían de tener el poder del sacerdocio para establecer de nuevo a Sión y efectuar la redención de Israel. Vestirse de poder significa vestirse con la autoridad del sacerdocio, al que ella, Sión, tiene derecho por linaje; también para recuperar el poder que había perdido”.[17]
El conocimiento que tuvo José de este pasaje coincide con la profecía anterior de Isaías del establecimiento de la Sión de los últimos días en el desierto, el derrame de bendiciones espirituales, y el desierto floreciendo como una rosa.[18] José percibió el establecimiento de Sión y la redención de Israel, por el poder del sacerdocio, como dos de los objetivos más importantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.[19]
El Señor enfatizó estos asuntos en una revelación al profeta José: “Porque Sión debe aumentar en belleza y santidad; sus fronteras se han de ensanchar; deben fortalecerse sus estacas; sí, de cierto os digo, Sión se ha de levantar y vestirse con sus ropas hermosas”.[20]
En el versículo 2, continúa la exhortación de Isaías a Sión y Jerusalén: “Sacúdete el polvo; levántate y siéntate, oh Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión”.[21] El Señor, al citar este versículo a los nefitas, dice “levántate, toma asiento, oh Jerusalén”.[22] Jacob el hermano de Nefi presenta este versículo igual que la traducción de Reina-Valera.[23] “Levántate”, seguido por “siéntate”, parecen ser contradictorios a primera vista. “Levántate” es una exhortación para Jerusalén para despertar su potencial verdadero como una de las dos capitales eclesiásticas del mundo durante el milenio, mientras “siéntate” la amonesta para que ocupe—en sentido figurado—el trono de su posición provista de dignidad y honor. Así que, la aparente contradicción da mayor información con más detalle sobre los acontecimientos predichos. “Hija de Sión” es utilizada aquí como un sinónimo para Jerusalén oprimida; es de notar que este significado contrasta con la “Sión” del versículo previo.[24]
El Profeta José Smith, al continuar su explicación para los primeros dos versículos del capítulo 52, respondió a una pregunta concerniente a este versículo: “¿Qué hemos de entender por el segundo versículo que dice que Sión suelte las ataduras de su cuello?”
José contesta:
“Hemos de entender que se exhorta a los restos esparcidos a que vuelvan al Señor de quien se apartaron; y si lo hacen, el Señor ha prometido que les hablará, o sea, les dará revelaciones. Véanse los versículos 6, 7 y 8. Las ataduras de su cuello son las maldiciones de Dios sobre ella, o sea, sobre el resto de Israel en su estado de esparcimiento entre los gentiles”.[25]
Los versículos 1 y 2 contienen un quiasma:
(1) Entonces se realizará lo que está escrito:
A: ¡Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sión!
B: ¡Vístete de tus ropas hermosas, oh Jerusalén, ciudad santa!
C: Porque nunca más vendrá a ti el incircunciso
C: ni el impuro.
B: (2) Sacúdete el polvo; levántate y siéntate, oh Jerusalén
A: suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión.
“¡Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sión!” contrasta con “suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sión”. “Sión” se refiere al lugar del recogimiento espiritual en los últimos días, mientras que “cautiva hija de Sión” se refiere a Jerusalén en su estado malvado. El mensaje del quiasma es que Jerusalén debe seguir el mismo camino tal como la Sión de los últimos días—purificándose, venciendo maldiciones y despertando su potencial.
En el versículo 3, la voz cambia a la del Señor: “Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos y sin dinero seréis redimidos”. El Señor, en el Libro de Mormón, registra este versículo así: “Porque así dice el Señor: Os habéis vendido por nada…”.[26] La causa del estado lastimoso de Israel es dada aquí—ellos han vendido su primogenitura,[27] hasta ellos mismos, en la esclavitud de pecado y apostasía. Previamente, en el capítulo 50, Isaías declaró: “He aquí que por vuestras iniquidades habéis sido vendidos, y por vuestras transgresiones ha sido repudiada vuestra madre”.[28] Pero aquí, el Señor declara que la redención de Israel arrepentido de la esclavitud espiritual vendrá sin intercambio monetario: Por medio de la expiación, el precio ha sido pagado por el Señor Jesucristo por los pecados de todos los que se arrepienten.
En el versículo 4, la voz del Señor continúa: “Porque así dice Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para peregrinar allá; y Asiria lo oprimió sin razón”. La opresión del pueblo del Señor—primeramente por Egipto y después por Asiria y Babilonia—no fue provocada por parte de los descendientes de Israel, aunque estas tribulaciones vinieron como resultado de su vagabundeo del sendero verdadero y la corrupción de ellos mismos en el pecado. Los versículos 4 y 5 no son citados por el Señor en Su discurso a los nefitas.
En el versículo 5, el Señor se ofende a causa de las injusticias hechas a su pueblo del convenio aunque ellos se hayan desviado: “Y ahora, ¿qué conmigo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado de balde? Y los que de él se enseñorean lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día”.[29] El Señor mantiene a los captores responsables de la miseria y la apostasía de Su pueblo, así como por blasfemar Su nombre. “Llevado de balde” significa que el cautiverio de Israel fue ilegal—no fueron vendidos por dinero; por tanto, su redención no debe implicar pago de dinero.[30] El uso de la frase “los que de él se enseñorean” amplía la condenación a cualquier gobernante del pueblo que gobierne injustamente, que sean captores o líderes que hayan surgido de entre el pueblo del convenio. El versículo 5, junto con el versículo 4, no es citado por el Señor en su discurso a los nefitas.
El versículo 5 es citado por Pablo en el Nuevo Testamento: “Porque el nombre de Dios es blasfemado por causa de vosotros entre los gentiles, como está escrito”.[31] Pablo explicó que los que afirmen que viven bajo la ley—significando la antigua Ley de Moisés o la ley del evangelio de la era cristiana—blasfeman el nombre de Dios cuando no guardan Sus mandamientos.
En Doctrina y Convenios el Señor usa lenguaje similar:
“He aquí, la venganza viene presto sobre los habitantes de la tierra, un día de ira, de fuego, de desolación, de llanto, de lloro y de lamentación; y como un torbellino vendrá sobre toda la faz de la tierra, dice el Señor.
“Y empezará sobre mi casa, y de mi casa se extenderá, dice el Señor;
“primero entre aquellos de vosotros que habéis profesado conocer mi nombre, dice el Señor, y no me habéis conocido, y habéis blasfemado en contra de mí en medio de mi casa, dice el Señor” (énfasis añadido).[32]
Puede ser argumentado que el tornado que azotó la ciudad de Salt Lake en el 11 de agosto de 1999[33] fue un cumplimiento de esta profecía moderna y un precursor de la destrucción adicional. El tornado dañó primero una barra, entonces pasó entre la Manzana del Templo y el Centro de Conferencias, ya que estaba en construcción—causando daños menores al Centro de Visitantes del Norte y causando que una grúa de construcción cayera en el Centro de Conferencias, rompiendo un piso de concreto. El tornado entonces destruyó una gran cantidad de árboles maduros en el área de la Arboleda Memorial y luego se movió sobre las avenidas de la ciudad hacia el noreste. Este acontecimiento debe servir como una advertencia de la destrucción inminente generalizada.
En el versículo 6, el Señor proclama: “Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre; por eso, en aquel día sabrán que yo soy el que habla: Heme aquí”. El Señor, en el Libro de Mormón, declara: “En verdad, en verdad os digo que los de mi pueblo conocerán mi nombre, sí, en aquel día sabrán que yo soy el que hablo”. Entonces el Señor omite “Heme aquí”.[34] En el tiempo de la restauración y redención, el pueblo del convenio del Señor sabrá que su Redentor es el Señor Jesucristo, quien también es Jehová, el Dios del Antiguo Testamento y el mismo Creador.[35]
El versículo 6, tal como fue presentado por el Señor en 3 Nefi, contiene un quiasma mientras que el versículo 6 en la versión Reina-Valera contiene una serie de declaraciones paralelas:
A: (6) En verdad, en verdad os digo que
B: los de mi pueblo conocerán mi nombre,
B: sí, en aquel día sabrán
A: que yo soy el que hablo.
Los del pueblo del Señor sabrán Su identidad verdadera.
El profeta Abinadí, en el Libro de Mormón, cita los versículos 7 al 10 sin variación significativa de la redacción dada en la versión Reina-Valera.[36] El Señor, al citar estos versículos a los nefitas, introduce algunos cambios en la redacción que dan claridad y refuerzan las estructuras quiasmáticas.[37] Los cambios introducidos por el Señor probablemente no representan el texto original de Isaías como fue tenido entre los nefitas, sino que representan aclaraciones que el Señor escogió hacer en ese tiempo.
En el versículo 7, Isaías exclama: “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!” El Señor resucitado cita este versículo con variación: “Y entonces dirán: ¡Cuán hermosos sobre las montañas son los pies del que les trae buenas nuevas; que publica la paz; que les trae gratas nuevas del bien; que publica salvación; que dice a Sión: Tu Dios reina!”[38] La frase introductoria del Señor “Y entonces dirán” establece el marco de tiempo como después de que la restauración y recogimiento de Israel hayan comenzado. “Los montes” significa “naciones”[39] y “buenas nuevas” significa “el evangelio”, la cual es la palabra equivalente del Nuevo Testamento.[40] “Sión” aquí significa un lugar del recogimiento espiritual de los últimos días, donde Dios reinará.[41] Estos quienes traen el evangelio a los esparcidos de Israel en los muchos países de su dispersión serán amados por los que reciban su mensaje.
El uso de la palabra “pies” en el versículo 7 es único en las escrituras; en ninguna otra parte se utiliza con el mismo significado excepto donde este pasaje es citado o es expuesto. En varios casos, “pies” se utiliza en el contexto de seguir un camino. Como un ejemplo, Ana, la madre de Samuel, da alabanzas al Señor: “Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas, porque nadie será fuerte por su propia fuerza.” (énfasis añadido).[42]
El significado intentado por Isaías en el versículo 7 parece estar relacionado con este uso, pero con énfasis sobre los que siguen un sendero espiritual. El describir la hermosura de los pies es una expresión de emoción y cariño subjetivo hacia los que publican la salvación y paz, habiendo traído las buenas nuevas del evangelio y del sendero que deben seguir.
El versículo 7 es citado por Pablo en el Nuevo Testamento: “¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de paz, de los que anuncian el evangelio de las buenas nuevas!”[43]
El versículo 7 también es citado y expuesto por Abinadí en el Libro de Mormón, donde hace clara la intención de Isaías que este pasaje se aplica igualmente al Señor Jesucristo y a Sus siervos quienes traen el evangelio al Israel esparcido en los muchos países de su dispersión:
“Y éstos son los que han publicado la paz, los que han traído gratas nuevas del bien, los que han publicado la salvación y dicen a Sión: ¡Tu Dios reina!
“Y ¡oh cuán hermosos fueron sus pies sobre las montañas!
“Y más aún: ¡Cuán hermosos son sobre las montañas los pies de aquellos que aún están publicando la paz!
“Y además: ¡Cuán hermosos son sobre las montañas los pies de aquellos que en lo futuro publicarán la paz; sí, desde hoy en adelante y para siempre!
“Y he aquí, os digo que esto no es todo. Porque ¡cuán hermosos son sobre las montañas los pies de aquel que trae buenas nuevas, que es el fundador de la paz, sí, el Señor, que ha redimido a su pueblo; sí, aquel que ha concedido la salvación a su pueblo!”[44]
La declaración de Abinadí de que los pies del Señor serían vistos “sobre las montañas”, o naciones, presagia la visita del Señor después de Su crucifixión y resurrección a otras naciones de la tierra además de Su patria. Estas naciones incluye a los nefitas en el continente americano donde Él se les apareció[45] y a otros pueblos no revelados en otras partes.[46]
Nefi, en sus primeros registros, parafrasea el versículo 7 para reflejar su amor por los escritos de Isaías.[47]
El nombre Nauvoo, dado por el Profeta José Smith a la ciudad que él fundó sobre las orillas del Río Missisipi, significa “hermosa” o “deleitable” en el hebreo, como se usa aquí en el versículo 7.
El versículo 7, como es presentado por el Señor en Tercer Nefi, contiene un quiasma mientras que el versículo 7 en la versión Reina-Valera contiene una seria de declaraciones paralelas:
A: (7) Y entonces dirán:
B: ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies
C: del que les trae buenas nuevas,
D: del que publica la paz,
C: del que les trae nuevas del bien,
B: del que publica salvación,
A: del que dice a Sión: Tu Dios reina!
“Y entonces dirán” complementa “del que dice a Sión: Tu Dios reina”, para establecer el tiempo de los últimos días para el reino de Dios en Sión. El uso experto por el Señor del quiasma, aún aparentemente improvisado, indica que Su habilidad con el lenguaje excede por mucho a la del hombre mortal.
En los versículos 8 al 10 Isaías habla a los esparcidos de Israel, prediciendo su recogimiento y restauración al evangelio verdadero. El Señor resucitado, dirigiéndose a la congregación nefita, cita los versículos 8 al 10 dos veces, primero como se registra en la versión Reina-Valera y por segunda vez con modificaciones. El versículo 8 comienza: “Tus atalayas alzarán la voz; juntamente darán voces de júbilo, porque ojo a ojo verán cuando Jehová vuelva a traer a Sión”. En el discurso del Señor a los nefitas, el versículo 8 es precedido por esta explicación:
“Y sucederá que llegará el día en que les será predicada [a los esparcidos de Israel] la plenitud de mi evangelio;
“y creerán en mí, que soy Jesucristo, el Hijo de Dios; y orarán al Padre en mi nombre“.[48]
Entonces el Señor cita las palabras del versículo 8 con modificaciones: “Entonces levantarán la voz sus centinelas, y cantarán unánimes; porque verán ojo a ojo”. La frase final es omitida, “cuando Jehová vuelva a traer a Sión”.[49] La frase “ojo a ojo verán” significa “estar de acuerdo en total”, aquí con referencia a su creencia mutua en las doctrinas verdaderas del Señor. “Centinelas” o “atalayas” significan los líderes eclesiásticos de la gente—los que tienen la responsabilidad de los asuntos espirituales. Isaías introdujo la similitud de “centinelas” anteriormente, en el capítulo 21.[50] Otra vez, “Sión” significa un lugar del recogimiento espiritual en los últimos días, el mismo como en el versículo anterior.[51]
En Doctrina y Convenios, el Señor provee explicación adicional:
“Y se derramarán plagas, y no serán quitadas de la tierra hasta que haya cumplido mi obra, la cual se ha de acortar en justicia,
“hasta que me conozcan todos los que quedaren, desde el menor hasta el mayor, y sean llenos del conocimiento del Señor, y vean ojo a ojo, y alcen sus voces, y al unísono canten este nuevo cántico…”.[52]
Aquí el Señor indica que los que sepan Su nombre y vean ojo a ojo en ese tiempo serán los que sobrevivan las grandes plagas de los últimos días y las destrucciones de los inicuos.
El versículo 9 describe el gran gozo que será experimentado por los esparcidos de Israel al ser recogidos a Jerusalén: “Prorrumpid en alabanzas, cantad juntamente, ruinas de Jerusalén, porque Jehová ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén”. En el Libro de Mormón, este versículo es precedido por una explicación dada por el Señor resucitado: “Entonces los juntará de nuevo el Padre, y les dará Jerusalén por tierra de su herencia”.[53] Entonces el Señor cita las palabras de este versículo en una manera distinta: “Entonces prorrumpirán en gozo: ¡Cantad juntamente, lugares desolados de Jerusalén; porque el Padre ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén!”.[54] El Señor resucitado aclara aquí que el recogimiento se llevará a cabo bajo la guía de Dios el Padre. El uso por Isaías de “Jehová” en este pasaje no es contradictorio con ese significado porque el Señor Jesucristo, quien es Jehová del Antiguo Testamento, testificó durante Su ministerio mortal de que todo lo que hizo fue para cumplir con los mandamientos dados a Él por el Padre.[55] Además, el significado en hebreo del sagrado nombre de Jehová es “Yo soy el que soy”,[56] o sea el Dios que verdaderamente existe, lo que se aplicaría tanto al Padre como al Hijo. La declaración de Isaías “prorrumpirán en gozo” es poesía pura que evoca una emoción profunda y eleva el alma.
En el versículo 10, Isaías describe acciones que serán tomadas por el Señor en los últimos días y que todos verán: “Jehová ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro”. En 3 Nefi el Señor cita este versículo con variación: “El Padre ha desnudado su santo brazo a la vista de todas las naciones; y todos los extremos de la tierra verán la salvación del Padre; y el Padre y yo somos uno”.[57] “Todos los confines de la tierra” significa todas las personas en la tierra, de aún el lugar más remoto.[58] Otra vez, esta declaración no es contradictoria con el uso por Isaías de “Jehová” a causa del papel de presidir del Padre. En la frase final, el Señor testifica de Su unidad de propósito con el Padre. El desnudar el brazo implica el Señor preparándose para la batalla, quitando Su capa de Su brazo luchador.[59]
Los versículos 8 al 10 también son citados por Abinadí, al final de su recitación al rey Noé y sus sumos sacerdotes.[60] Nefi cita y explica el versículo 10, describiendo que el tiempo para su cumplimiento sería en los últimos días cuando Israel iba a ser recogido.[61]
El versículo 10 es parafraseado en Doctrina y Convenios:
“Porque desnudará su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los extremos de la tierra verán la salvación de su Dios.
“Por tanto, preparaos, preparaos, oh mi pueblo; santificaos, juntaos vosotros, oh pueblo de mi iglesia, sobre la tierra de Sión…”.[62]
El papel del pueblo del Señor en estos acontecimientos predichos es explicado—que llegue a ser un pueblo santificado y preparado para recibir a los esparcidos de Israel, a quienes el Señor recogería de entre todas las naciones de la tierra.
En el versículo 11, el Señor—por medio de Sus siervos en los últimos días—llama a los esparcidos de Israel para que huyan de entre los inicuos: “Apartaos, apartaos, salid de ahí; no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; sed limpios los que lleváis los vasos de Jehová”. El Señor, en el Libro de Mormón, lo dice así: “Y entonces se oirá el pregón: ¡Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis lo que es inmundo…”.[63] “No toquéis lo que es inmundo” significa evitar el devaneo con el pecado, aquí metafóricamente relacionado a las provisiones bajo la Ley de Moisés de no tocar los cadáveres de animales no aprobados para ser utilizados como alimento.[64]
El Señor reitera este mandato en Doctrina y Convenios: “Salid de Babilonia. Sed limpios los que lleváis los vasos del Señor”.[65] El significado de la frase de Isaías, “salid de en medio de ella”, se aclara—los que serían recogidos saldrán de Babilonia, o de entre los inicuos. “Los que llevan “los vasos del Señor” se refiere a los levitas antiguos, cuya responsabilidad era de administrar los ritos del templo bajo la autoridad del sacerdocio—incluyendo el llevar los vasos sagrados[66] de oro y bronce—y sus equivalentes modernos: quienes atienden asuntos eclesiásticos por virtud del sacerdocio. El Señor les aconseja que sean limpios—que eviten el pecado.
N. Eldon Tanner, citando al presidente Spencer W. Kimball, no dejó ninguna duda sobre el significado de este pasaje:
“A fin de que la base de moralidad de la Iglesia pueda entenderse, declaramos firme e irrevocablemente que no se trata de un vestido gastado, desteñido y pasado de moda. Dios es el mismo, ayer, hoy y para siempre, y sus convenios y doctrinas son invariables: la Iglesia mantiene y apoya los viejos valores, no porque sean viejos sino porque a través de los siglos han probado ser correctos.
“…Nuestras palabras finales se hallan entre las pronunciadas por el profeta Isaías: “Apartaos, apartaos, salid de ahí; no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; sed limpios los que lleváis los vasos de Jehová”.[67]
Los versículos 8 al 11 contienen un quiasma:
A: (8) Entonces tus atalayas alzarán la voz; juntamente darán voces de júbilo,
B: porque ojo a ojo verán (cuando Jehová vuelva a traer a Sión).
C: (9) Entonces prorrumpid en alabanzas, cantad juntamente, ruinas de Jerusalén,
D: porque el Padre ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén.
D: (10) El Padre ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones,
C: y todos los confines de la tierra
B: verán la salvación del Padre; y el Padre y yo somos uno.
A: (11) Y entonces se oirá el pregón: Apartaos, apartaos….
Este quiasma funciona bien, tanto en la versión de Reina-Valera como en la versión de 3 Nefi, pero la frase añadida “Y entonces se oirá el pregón” al principio del versículo 11 provee una similitud adicional, aunque el versículo 11 no sigue al versículo 10 en la presentación del Señor a los nefitas. “Entonces tus atalayas alzarán la voz” es equivalente a “entonces se oirá el pregón”; los atalayas—o las autoridades eclesiásticas—son aquellos cuyo pregón se oirá. “Porque ojo a ojo verán” es semejante a “verán la salvación del Padre”; el significado de “ojo a ojo verán” es que todos “verán la salvación del Padre”, no dejando lugar para el desacuerdo en cuanto a los puntos de doctrina. “Entonces prorrumpid en alabanzas, cantad juntamente, ruinas de Jerusalén” se complementa con “todos los confines de la tierra”, que indica que el canto de las ruinas de Jerusalén se extenderá hasta los confines de la tierra. “El Padre ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén” es equivalente a “el Padre ha desnudado su santo brazo ante los ojos de todas las naciones”, que forman el enfoque. Los centinelas de Sión, levantándo las voces en amonestación, avisan al pueblo que se limpien del pecado. Entonces la salvación del Padre se manifestaría, haciendo que la gente en Sión—y, finalmente, de toda la tierra, prorrumpan en gozo.
El versículo 12 describe el recogimiento de Israel: “Porque no saldréis apresurados ni iréis huyendo, porque Jehová irá delante de vosotros, y vuestra retaguardia será el Dios de Israel”. En contraste con los Israelitas que huyeron apurados cuando fueron liberados de Egipto,[68] en su recogimiento de los últimos días “no [saldrán] apresurados ni [irán] huyendo”, aunque el Señor iría delante de ellos y sería su retaguardia, lo mismo que hizo con Israel antiguo.[69]
El Señor instruye a Sus seguidores en los últimos días, utilizando palabras semejantes:
“Salid de en medio de las naciones, sí, de Babilonia, de en medio de la iniquidad, que es la Babilonia espiritual.
“Pero de cierto, así dice el Señor, no sea vuestra huida con prisa, sino prepárense todas las cosas delante de vosotros; y no mire hacia atrás el que salga, no sea que le sobrevenga una destrucción repentina”.[70]
El Señor promete Su protección a Sus seguidores de los últimos días: “He aquí, iré delante de vosotros y seré vuestra retaguardia; y estaré en medio de vosotros y no seréis confundidos”.[71]
Los versículos 11 y 12 contienen un quiasma:
A: (11) Y entonces se oirá el pregón: Apartaos, apartaos,
B: salid de ahí;
C: no toquéis lo que es inmundo;
D: salid de en medio de ella;
C: sed limpios los que lleváis los vasos de Jehová
B: (12) Porque no saldréis apresurados
A: ni iréis huyendo, porque Jehová irá delante de vosotros, y vuestra retaguardia será el Dios de Israel.
“Apartaos, apartaos” se complementa con “ni iréis huyendo, porque Jehová irá delante de vosotros”; el segundo elemento proporciona información indispensable en cómo salir. “Salid de ahí” se complementa con “porque no saldréis apresurados”, reforzando el mensaje de la primera pareja de elementos. “No toquéis lo que es inmundo” es semejante a “sed limpios los que lleváis los vasos de Jehová”. ¿Cómo podemos ser limpios? La respuesta de Isaías se da quiasmáticamente: Por no tocar lo que es inmundo, ni tener devaneos con el pecado. Saliendo de la Babilonia espiritual es la mejor manera de evitar el ser atrapados en el pecado.
Los versículos 13 al 15 comprenden los primeros dos versículos de un cántico de siervo, el cual también incluye los doce versículos del capítulo 53. Este cántico de siervo es el final de cuatro que se reconocen en los escritos de Isaías.[72] En un cántico de siervo, las características del siervo del Señor son presentadas como un salmo. Como fue expuesto por Isaías en los cuatro cánticos de siervo, Cristo es el mejor ejemplo de un siervo, sirviendo fielmente a Su Padre y obedeciéndolo en todas las cosas.[73] Varios profetas incluyendo a Isaías[74] también cumplen los criterios para un siervo del Señor.[75] Otros que ejemplifican las cualidades cristianas como siervos incluyen a José Smith, el profeta de la restauración;[76] a los santos de los últimos días,[77] a la casa de Israel cuando sea digna;[78] y posiblemente a otros. En este cántico de siervo, Isaías describe simultáneamente al Señor Jesucristo, al Profeta José Smith y posiblemente a él mismo también, como siervos.
Los versículos 13 al 15 describen el reino milenario del Señor Jesucristo, hablado por Dios el Padre que se refiere a Su Hijo como “mi siervo” porque en todas las cosas Él sirvió al Padre obedientemente y con toda fidelidad.[79] El versículo 13 comienza: “He aquí, mi siervo actuará con prudencia; será exaltado y engrandecido, y será muy enaltecido”. Este versículo se registra con poca variación en el Libro de Mormón por el Señor: “He aquí, mi siervo obrará prudentemente; será exaltado y alabado y puesto muy en alto”.[80] El siervo es el Mesías, quien obrará prudentemente y será exaltado.[81] Otro significado encubierto es que el siervo es José Smith, el gran profeta y vidente de la restauración, quien “ha hecho más por la salvación del hombre en este mundo, que cualquier otro que ha vivido en él, exceptuando sólo a Jesús”.[82]
El versículo 14 continúa: “Como muchos se asombraron de ti (su aspecto fue más desfigurado que el de cualquier otro hombre, y su apariencia más desfigurada que la de los hijos de los hombres)”— El hebreo por “desfigurado” es mishchath, que significa “la desfiguración de la cara”.[83]
¿Por qué sería el rostro del Señor desfigurado en Su Segunda Venida? El propósito de Isaías es un contraste literario—para contrastar la agonía emocional y espiritual que sufrió el Señor en Getsemaní[84] con el gozo y la gloria de Su Segunda Venida, para elevar nuestro entendimiento de ambos eventos. El contraste literario consolida en nuestras mentes el gran amor y misericordia que el Señor tiene para cada uno de nosotros, “…[que] proveen a los hombres la manera de tener fe para arrepentimiento”.[85] El significado intentado por Isaías es más figurado que literal, con la desfiguración física representando la angustia espiritual y emocional del Señor, la cual fue indescriptiblemente intensa e intolerable—sufrimiento más intenso de lo que es posible sufrir para cualquier otro [86]—cuando Él tomó sobre Sí los pecados de todos los que han vivido o que vivirían, quienes se arrepentirían de sus pecados.
¡Cuán imborrables en las mentes de Sus apóstoles deben haber sido las imágenes de esa noche en Getsemaní—la cara de su amado Maestro inexplicablemente contorsionado en el dolor intolerable, manchado con sangre y lágrimas, y Su manto empapado en sangre y sudor!
Siguiendo el significado encubierto, el profeta José Smith soportó la persecución severa a través de su vida entera adulta—él fue encarcelado numerosas veces acusado con cargos falsos, atacado salvajemente, maltratado, cubierto con alquitrán y plumas, y finalmente martirizado.[87] En una ocasión, uno de los atacadores en una turba rasgó la carne de la cara del profeta con sus uñas. Por eso desde entonces, José peinaba el cabello hacia delante a través del lado de la frente para ocultar las cicatrices.[88] Similarmente, el profeta Isaías aguantó grandes persecuciones y penurias.[89]
El versículo 15 concluye: “Así él rociará a muchas naciones. Los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado y entenderán lo que jamás habían oído”. Este versículo es presentado esencialmente igual en el Libro de Mormón por el Señor.[90] La palabra hebrea nazah, traducida como “rociar”, tiene dos significados—“salpicar” o “rociar”—tal como es presentada por los traductores de la versión Reina-Valera—y “sobresaltar” o “causar a saltar”.[91] Esta frase es equivalente quiasmáticamente a la primera parte del versículo 14, “como muchos se asombraron de ti”. La segunda definición es más válida: el Señor sobresaltaría a muchas naciones con Su apariencia y con las cosas que Él diría. La traducción de José Smith la presenta como “recoger”.[92]
El versículo 15 es citado por Pablo en el Nuevo Testamento: “Sino, como está escrito: Aquellos a los que nunca les fue anunciado acerca de él, verán; y los que nunca han oído, entenderán”.[93]
En Doctrina y Convenios el Señor describe estos mismos acontecimientos, aclarando el significado:
“Porque cuando el Señor aparezca, será terrible para ellos, de modo que el temor se apoderará de ellos, y se mantendrán alejados y temblarán.
“Y todas las naciones temerán a causa del terror del Señor y del poder de su fuerza…”.[94]
El Señor resucitado, hablando a los Nefitas, derrama luz adicional, revelando los significados encubiertos intentados por Isaías. Él describe al profeta de la restauración de los últimos días como siendo estropeado y entonces sanado:
“Y cuando venga ese día, sucederá que los reyes cerrarán su boca; porque verán lo que no les había sido declarado, y considerarán lo que no habían oído.
“Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre [el profeta de los últimos días] se lo declare.
“Mas he aquí, la vida de mi siervo [el profeta] estará en mi mano; por tanto, no lo dañarán, aunque sea herido por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré, porque les mostraré que mi sabiduría es mayor que la astucia del diablo.
“Acontecerá, pues, que los que no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que él [el profeta] lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles (se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio”.[95]
Los versículos 14 y 15 contienen un quiasma:
A: (14) Como muchos se asombraron de ti
B: (su aspecto fue más desfigurado que el de cualquier otro hombre,
B: y su apariencia más desfigurada que la de los hijos de los hombres),
A: (15) así él rociará a muchas naciones….
“Como muchos se asombraron de ti” se complementa con “así él rociará [sobresaltaría] a muchas naciones”. Esta relación restringe la elección de significado para la palabra hebrea presentada como “rociará”.
Siguiendo Su presentación del versículo 15 a los Nefitas, el Señor provee un versículo adicional de explicación:
“En verdad, en verdad os digo que todas estas cosas ciertamente se verificarán, tal como el Padre me lo ha mandado. Entonces se cumplirá este convenio que el Padre ha hecho con su pueblo; y entonces Jerusalén volverá a ser habitada por mi pueblo, y será la tierra de su herencia“.[96]
El cumplimiento en los últimos días de las profecías de Isaías culminará en la restauración de Israel y la Segunda Venida del Señor Jesucristo.
Notas
[1]. Isaías 48 y 49 se citan en 1 Nefi 20 y 21; Isaías 50 y 51 se citan en 2 Nefi 7 y 8; Isaías 52:1-2 se cita en 2 Nefi 8:24-25; Isaías 52:1-3 se cita en 3 Nefi 20:36-38; Isaías 52:6-7 se cita en 3 Nefi 20:39-40; Isaías 52:7-10 se cita en Mosíah 12:21-24; Isaías 52:8-10 se cita en 3 Nefi 20:32-35; Isaías 52:11-15 se cita en 3 Nefi 20:41-45; Isaías 53 se cita en Mosíah 14; e Isaías 54 se cita en 3 Nefi 22.
[2]. 2 Nefi 8:24-25.
[3]. Mosíah 12:21-24.
[4]. La primera visita del Señor se encuentra en 3 Nefi capítulos 11 al 18.
[5]. 3 Nefi 16:17-20.
[6]. La segunda visita del Señor se encuentra en 3 Nefi capítulos 19 al 26.
[7]. 3 Nefi 20:32-35.
[8]. 3 Nefi 20:36-38.
[9]. 3 Nefi 20:39-40.
[10]. 3 Nefi 20:41-45.
[11]. 3 Nefi 20:46.
[12]. 3 Nefi 20:36.
[13]. Moroni 10:31.
[14]. Bible Dictionary—Circumcision [Diccionario bíblico—Circuncisión].
[15]. Véase Hechos 15:1-31.
[16]. Véase Isaías 3:16; 49:14; 51:3, 11; 60:14; 61:3; 66:8.
[17]. Doctrina y Convenios 113:7-8.
[18]. Véase Isaías 35:1-2, 6-10 y su respectivo comentario.
[19]. Véase Artículo de Fe 10.
[20]. Doctrina y Convenios 82:14.
[21]. Isaías usa “la hija de Sión” como un sinónimo para “Jerusalén” en varios otros sitios. Véase Isaías 1:8; 10:32; 16:1; 37:22; 62:11.
[22]. 3 Nefi 20:37.
[23]. 2 Nefi 8:25.
[24]. Véase 2 Reyes 19:21, 31; Salmos 9:14; 51:18; Isaías 10:32; 16:1; 37:22; 62:11.
[25]. Doctrina y Convenios 113:9-10.
[26]. 3 Nefi 20:38.
[27]. Véase Genesís 25:29-34.
[28]. Isaías 50:1.
[29]. Los versículos 3 al 5 contienen un quiasma: Dice Jehová/de balde fuisteis vendidos/dice Jehová el Señor/Egipto/Asiria /dice Jehová/mi pueblo es llevado de balde/dice Jehová.
[30]. Donald W. Parry, Jay A. Parry y Tina M. Peterson, Understanding Isaiah [Entendiendo a Isaías]: Deseret Book Company, Salt Lake City, Utah, 1998, pág. 464.
[31]. Romanos 2:24.
[32]. Doctrina y Convenios 112:24-26.
[33]. Tim Korte, “Tornado tears through downtown Salt Lake; at least one dead, 100 injured:” [Tornado azota el centro de Salt Lake, por lo menos uno muerto, 100 heridos] Associated Press, 11 August 1999.
[34]. 3 Nefi 20:39.
[35]. Véase Juan 1:1-5; Éter3:6-16; Éxodo 3:14.
[36]. Compárese Mosíah 12:21-24.
[37]. 3 Nefi 20:32-35, 40.
[38]. 3 Nefi 20:40.
[39]. Véase Isaías 2:2, 14 y 2 Nefi 12:2, 14; Isaías 11:9; 13:2, 4; 30:25 y su respectivo comentario.
[40]. Véase Isaías 61:1 y su respectivo comentario.
[41]. Véase Isaías 1:8 y su respectivo comentario. Véase también Salmos 102:13, 16; 129:5; 132:13; Isaías 1:27; 2:3; 4:5; 14:32; 24:23; 28:16; 31:9; 35:10; 46:13; 51:16; 52:8; 59:20.
[42]. 1 Samuel 2:9.
[43]. Romanos 10:15.
[44]. Mosíah 15:14-18.
[45]. Véase 3 Nefi 11:8-11; 15:16-19.
[46]. Véase 3 Nefi 16:1-3.
[47]. Véase 1 Nefi 13:37.
[48]. 3 Nefi 20:30-31.
[49]. 3 Nefi 20:32.
[50]. Véase Isaías 21:6; 56:10; 62:6 y su respectivo comentario.
[51]. Véase Isaías 1:8 y su respectivo comentario. Véase también Salmos 102:13, 16; 129:5; 132:13; Isaías 1:27; 2:3; 4:5; 14:32; 24:23; 28:16; 31:9; 35:10; 46:13; 51:16; 52:7; 59:20.
[52]. Doctrina y Convenios 84:97-98.
[53]. 3 Nefi 20:33.
[54]. 3 Nefi 20:34.
[55]. Véase Juan 8:28-29.
[56] . Véase Éxodo 3:14.
[57]. 3 Nefi 20:35.
[58]. Véase Isaías 42:10; 43:6; 45:22.
[59]. Parry et al., 1998, pág. 466.
[60]. Mosíah 15:29-31.
[61]. Véase 1 Nefi 22:10-11.
[62]. Doctrina y Convenios 133:3-4.
[63]. 3 Nefi 20:41.
[64]. Véase Levítico 5:2; 7:21; 11:8, 31.
[65]. Doctrina y Convenios 133:5; véase también Doctrina y Convenios 38:42.
[66]. Véase Éxodo 25:39; 27:3, 19; 30:27-28; 35:13, 16; 37:16.
[67]. N. Eldon Tanner, “El propósito de las conferencias”, Liahona: Febrero, 1977, pág. 41.
[68]. Véase Éxodo 12:11.
[69]. Véase Éxodo 13:21-22; 14:19-20.
[70]. Doctrina y Convenios 133:14-15.
[71]. Doctrina y Convenios 49:27.
[72]. Victor L. Ludlow, Isaiah: Prophet, Seer, and Poet [Isaías: Profeta, Vidente, y Poeta]: Deseret Book Company, Salt Lake City, Utah, 1982, pág. 358-360. Los cuatro cánticos de siervo están en Isaías 42:1-4, 49:1-6; 50:4-9 y 52:13 al 53:12.
[73]. Véase Juan 6:38.
[74]. Véase Isaías 49:5; Amós 3:7; Apocalipsis 10:7.
[75]. Ludlow, 1982, pág. 358-360.
[76]. Véase Doctrina y Convenios 1:17, 29; 19:13; 28:2; 35:17-18.
[77]. Véase Doctrina y Convenios 1:6; 42:63; 44:1; 68:5-6; 133:30, 32.
[78]. Véase Isaías 41:8-10 y su respectivo comentario.
[79]. Véase Isaías 42:1 y su respectivo comentario.
[80]. 3 Nefi 20:43.
[81]. Bruce R. McConkie, “Ten keys to understanding Isaiah [Diez claves para entender a Isaías]”: Ensign, Oct. 1973, pág. 78.
[82]. Doctrina y Convenios 135:3.
[83]. Brown et al., 1996, Número de Strong 4893, pág. 1008.
[84]. Véase Doctrina y Convenios 19:15; Lucas 22:41-44; Mateo 26:36-39.
[85]. Alma 34:15.
[86]. Véase James E. Talmage, Jesus the Christ [Jesús el Cristo], Deseret Book Co., Salt Lake City, UT 1915, pág. 613.
[87]. Doctrina y Convenios 135:1.
[88]. “History of Luke S. Johnson [Historia de Luke S. Johnson]” (manuscrito), v. 27, pág. 835.
[89]. Ludlow, 1982, pág. 2.
[90]. 3 Nefi 20:45.
[91]. Brown et al., 1996, Número de Strong 5137, pág. 633.
[92]. Isaías 52:15, nota al pie de página 15a.
[93]. Romanos 15:21.
[94]. Doctrina y Convenios 45:74-75.
[95]. 3 Nefi 21:8-11.
[96]. 3 Nefi 20:46.
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